LA VIDA, TU VIDA.

La vida, más allá de las funciones vitales y de otras cognotaciones profundas, tiene un sentido amplísimo. Ahora bien, estamos conscientes que no decidimos nacer, pero la vida es nuestra, de nadie más y nos toca vivirla de la mejor manera posible. 

Cómo y Cuándo? Esa si es una opción y decisión que nos pertenece y es aquí y ahora. El momento es hoy para empezar a vivirla en armonia, logrando un equilibrio en todos los aspectos de nuestra vida, que nos permita alcanzar ese estado de plenitud, sosiego, paz y felicidad que nos llevará a obtener esa comunión con nosotros mismos y con nuestros semejantes, vale decir, nuestro entorno. 

Cabe señalar que la vida nos depara sorpresas, que pueden ser buenas, regulares, alegres, así como también, tristes o muy tristes. Ciertamente, muchas situaciones son impredecibles e inevitables, pero forman parte de la vida, y hay que aprender a aceptarlas porque son acontecimientos que escapan a nuestro libre albedrío, de manera tal, que no tenemos un poder mágico para decidir, que absolutamente todo sea como queremos, pero lo que si podemos hacer es prepararnos para enfrentarlos con la mejor actitud, sin que nos hagan daño. 

En este sentido, nuestro rol es vivirla a plenitud y amarnos en prioridad, con nuestras cualidades y defectos, como seres únicos y especiales que somos cada uno de nosotros, permitámonos hacer de «LA VIDA, TU VIDA», nuestro paraíso donde seamos los protagonistas de las mismas.

Recuerden que existir implica cambiar, madurar, crearse continuamente para mejorar y evolucionar siendo nuestros propios escultores, para construir y proyectar nuestra vida, enfocándola en el éxito del ser, actuar y conocer para vencer, de tal manera que, lo cosechado hoy, un día lo recogeremos. 

La vida es un tejido continuo que debemos trabajar y cultivar, como la araña a su red, amigos, familia, hijos, amores de pareja, trabajo, éxitos, etc, que van a dar sentido a la misma. Ese trayecto como también proyecto de vida, se va construyendo paso a paso, etapa por etapa, con motivación y amor propio, conformando y dándole sentido, un valor moral, emocional y espiritual a nuestra existencia, para lograr ese anhelado equilibrio. 

No vivamos por vivir, vivamos para saber vivir, disfrutar, ser felices y luego morir en paz.

Debemos enfocarnos en ese objetivo del trabajo que debemos realizar continua y conscientemente, si no podemos solos, sepan que existen profesionales con herramientas y personas en nuestro entorno, solo tenemos que querer y tener la voluntad, no cerrarnos, bloquearnos, ni encerrarnos en un mutismo y/o resignacion que nos llevará al abismo. 

Recuerden que siempre hay alguien que nos dará la mano y que será esa tabla de salvación, busca la tuya y verás que podrás encontrar ese equilibrio y armonía en tu vida emocional y, por ende, física y espiritual. 

Violeta Avancini

La poetisa.

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